En este artículo, Joaquín Marreros explora las diferentes dimensiones de la revista Conducta (Im)propia, publicada por el Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) en la década del 80. A través de algunas entradas, el autor analiza cuáles fueron los momentos clave de esta asociación y cómo fueron construyendo su discurso en pro de las diferentes demandas de personas homosexuales. Conducta (Im)propia reflejaba los diversos episodios críticos que marcaron el desarrollo del MHOL, los cuales se intercalan entre la crisis del sida, las dinámicas de las mujeres lesbianas y la crítica de teatro gay.
Por Joaquín Marreros
El Movimiento Homosexual de Lima (MHOL) fue fundado en octubre de 1982. Constituye la agrupación de homosexuales más antigua del Perú y este mes cumplió cuatro décadas de existencia. Desde sus inicios, se caracterizó por estar conformado por jóvenes intelectuales que iban adaptando las teorías y las prácticas de las corrientes homosexuales gestadas en Estados Unidos y en Europa, en especial, en el Reino Unido. En estos lugares se gestaban las significancias de ser homosexual, en particular, promovidas por la denominada revolución sexual y el acontecimiento decisivo que significó la revuelta de Stonewall en Nueva York en 1969, al igual que el desarrollo del estudio de la homosexualidad en ciencias como la sociología, antropología, psicología e historia. El hecho de absorber conocimientos de corte extranjero y occidental, al igual que los grupos de homosexuales establecidos en Argentina, México o Brasil unos años antes, hizo que la asociación peruana no estuviese exenta de un molde intelectual.
La cuestión de privilegio establecida por la intelectualidad fue aprovechada por personajes de renombre como los fundadores Oscar Ugarteche y Roberto Miró Quesada, quienes habían estudiado y trabajado en distintas partes del Reino Unido y Norteamérica. Es importante notar que el contexto peruano en el que las ideas sobre la homosexualidad que estos dos intelectuales iban aposentando en sus estancias en el extranjero no era el más óptimo. El regreso a la democracia después de doce años de dictadura militar no significó la calma social. En 1980, el grupo terrorista Sendero Luminoso había iniciado sus acciones en la sierra del país y pronto sus ideas sanguinarias se irían extendiendo al campo y a algunas ciudades. La promesa aprista de mejoramiento con la elección de Alan García en 1985 devino en una de las peores catástrofes económicas a fines de la década, dejando al Estado peruano casi en la bancarrota. ¿Por qué, pues, en este difícil contexto un grupo de personas homosexuales decidió organizarse? ¿Mediante qué mecanismos difundieron sus ideas y lograron sobrevivir?
En su búsqueda de las maneras en cómo se podría adaptar el estudio de la homosexualidad para el caso peruano (en específico, limeño), Ugarteche estableció vínculos con integrantes de la revista estadounidense The Advocate [1], pionera en temas gay desde fines de los años 60. Si bien la idea principal del MHOL no fue realizar activismo mediante el trabajo editorial, se animaron a transmitir sus ideas a través de dos medios escritos: por un lado, uno constituido por la prensa tradicional, y, por el otro, uno conformado por su propia revista, la cual se llamó Conducta (Im)propia. Este pequeño artículo explora cómo el MHOL abarcó sus ideas en esta publicación, las cuales se relacionaron con los ejes principales del movimiento: la prevención del VIH/sida y la inclusión de mujeres lesbianas, así como también las respuestas hacia la prensa explícitamente homofóbica y el desarrollo de una crítica teatral.
El primer número de Conducta (Im)propia se publicó en mayo de 1986. Nació para “cubrir una necesidad de comunicación dentro de un ambiente de gays y lesbianas mayormente desarticulado”, con el objetivo de conformarse como “un medio de información, debate y diálogo de la comunidad gay y lésbica” [2]. Se trata de un boletín que aspiraba a poner a disposición información sintetizada sobre los problemas y las dificultades de la atmósfera gay en Lima, así como también algunas manifestaciones culturales queer que se iban gestando en medio de los años 80. El mayor de sus retos era poder ayudar en la conformación de una verdadera comunidad gay, ya que, según el comité editorial, no existía tal debido a las características propias del Perú de esos años: falta de identidad, con grandes diferencias sociales y económicas, sumadas a ellas el racismo, el sexismo y la homofobia [3].
Para entender el surgimiento de esta revista, es necesario comprender cuáles fueron algunos hitos de la historia del MHOL para 1986. Si bien su fundación aconteció en octubre de 1982, no es hasta 1984 a 1985 que comenzó a presentarse a través de la prensa oficial, usando el diario La República, uno de los más leídos a nivel nacional en los años 80. En algunas de esas publicaciones, se hacía énfasis en la angustia que generaba que el Estado no realizase ninguna acción efectiva para controlar los casos de infecciones por VIH. La crítica se daba por la manipulación de la iglesia católica al considerar a la enfermedad (denominada entre los religiosos “peste rosa”) como un castigo divino [4]. El MHOL dispuso a la prevención de la enfermedad como principal ideal en su agenda a partir de 1985 y continuó así durante el resto de la década.
También, para 1986, era evidente la mayor inclusión de mujeres lesbianas a sus filas. Si bien en su fundación participaron dos mujeres, lo cierto es que cerca del 85% de miembros constantes hasta la mitad de la década eran varones. Lógicamente, los idearios, sobre todo políticos, que se iban gestando eran desarrollados por y para hombres homosexuales. Esta característica se iría quebrantando para 1986, cuando más mujeres lesbianas iban integrando las filas del MHOL. Esta situación se dio por la seguridad económica que el MHOL había ido solidificando por sus enlaces con importantes organizaciones a nivel mundial, como el IGA (o ILGA, a partir de 1986) o NOVIB, agencia holandesa de la cual recibió financiamiento para la prevención del VIH.
El MHOL había ido creciendo en representatividad de a pocos. El año 1986 también significa uno especial con respecto a la autoconfianza y la autoestima de sus miembros. Anterior a ese año, sus publicaciones en La República se realizaban mediante pseudónimos (el más usado fue Carlos Arteaga), puesto que aún se sentían como un grupo pequeño y marginado [5]. A partir de la segunda mitad de la década, la confianza general de sus miembros se vio acrecentada por su alianza con el Teatro del Sol, compañía artística conformada por varones homosexuales. A través de esta unión, el MHOL pudo desarrollar una idea de mayor apertura y convocatoria hacia más personas homosexuales a través del teatro [6].
Como se puede observar, no es casualidad que el surgimiento de la revista Conducta (Im)propia se haya a mitad de la década. Si bien su existencia puede caracterizarse como irregular, ello no quita la relevancia que tuvo con respecto a los planteamientos delMHOL. El primer número estuvo mayormente dedicado a la situación del VIH en el país y cómo la estigmatización de la prensa impedía una real campaña de prevención. Se pedía organización y educación a las poblaciones de riesgo, no solo incluyendo a los homosexuales, sino también a prostitutas y a hemofílicos. Además, la crítica hacia el Estado (una constante desde los inicios del movimiento) se hace notar al resaltar que en Europa las organizaciones de homosexuales iban estableciendo alianzas con las oficinas gubernamentales dedicadas a temas de salud pública [7].
En 1985, el MHOL se había contactado con la agencia holandesa NOVIB, la cual ofrecía financiamientos a países del entonces denominado “Tercer Mundo” con la intención de un desarrollo de programas que buscasen mayor justicia social. Este organismo se interesó en el tema del VIH y buscó las maneras de colaborar con asociaciones dedicadas a ello. El MHOL, si bien tuvo debates intensos entre seguir con su ideario político original o dedicarse a la prevención de la enfermedad, al final se inclinó por el tema de la salud. La propuesta del MHOL, sin embargo, no solo se caracterizaría por el reparto de boletines informativos y profilácticos en los denominados lugares de ambiente [8], sino que fueron un paso más allá con respecto a la cuestión psicológica. En el primer número de Conducta (Im)propia escribieron: “Practicar sexo sin riesgo puede significar un cambio en las prácticas sexuales de cada uno, pero de ninguna manera significa que tenga uno que olvidarse del sexo. Creemos que la intimidad tanto sexual como emocional es muy necesaria en la vida de cada uno de nosotros, y al mismo tiempo necesitamos elevar nuestra propia estima, a través de una mejor consideración por nuestro propio cuerpo” [9].
La salud mental en las personas que iban siendo diagnosticadas con VIH fue desatendida por el Estado. En este sentido, el MHOL fue ideando programas necesarios para atender esta preocupación. A fines de la década, se creó la línea telefónica SI-DAYUDA y el Programa de Soporte a las Personas con VIH/SIDA (PROSA). Según Manuel Forno, miembro pionero del MHOL, SI-DAYUDA sirvió en gran parte a aquellas personas que no aceptaban su sexualidad plenamente, ya que las consultas por teléfono hacían que el anonimato estuviese presente. En estas llamadas, se daba toda la información necesaria sobre la enfermedad, cuáles eran los medios de prevención y qué hacer en caso de sospecha de infección [10]. Por su parte, PROSA tuvo una oficina central frente al Hospital Rebagliati en Lima, en la cual se gestaban planes de contención emocional y psicológica para las personas que recibían la noticia de su infección. Funcionó como un espacio de compañerismo y acompañamiento en un contexto sumamente difícil. Las celebraciones por Navidad, Año Nuevo o cumpleaños que se organizaban adquirían nuevos significados para personas que habían sido expulsadas de sus hogares y/o habían perdido sus empleos por ser portadores del virus.
El ideario de mayor inclusión de mujeres lesbianas para la mitad de los 80 fue un tema importante para la organización. Si bien las mujeres lesbianas tenían su propia organización creada en 1984 (el Grupo de Autoconciencia de Lesbianas Feministas – GALF) [11], para 1986 comenzaron a formar parte del MHOL por la firmeza y certidumbre que hacía percibir el movimiento. Rebeca Sevilla y Lucía Ueda se unieron a las filas de la asociación casi exclusiva para varones, y la deconstrucción del machismo internalizado en la mayor parte de hombres gays de la organización tomó un lugar preponderante.
Conducta (Im)propia resaltó los avances del trabajo de las mujeres lesbianas. Es importante notar que tanto Sevilla como Ueda no habían abandonado al GALF en un principio, sino que militaban para ambas organizaciones. Por ello, la revista del MHOL también sirvió como medio de difusión para las actividades del GALF. Una de estas actividades fue la Conferencia Internacional de Lesbianas, desarrollada en Ginebra, a la cual asistieron grupos como Ayuquelén de Chile y Mitilene de República Dominicana. En este espacio, se intercambiaron ideas que formaban parte de la realidad de las lesbianas latinoamericanas y del Caribe, puesto que representó una buena oportunidad para el establecimiento de contactos internacionales por parte del GALF, puesto que se trataron temas como el patriarcado, el afecto y las dificultades de ser lesbianas en las naciones latinoamericanas. Es interesante notar que en esta conferencia se excluyó el ingreso de varones, ya que muchas mujeres lesbianas percibían el machismo y sexismo de sus compañeros hombres a pesar de que estos también eran homosexuales [12]. Al respecto, GALF señala: “Creemos que en la medida que los hombres del movimiento homosexual [13] asuman la lucha anti-patriarcal/anti-machista y empiecen a respetar la necesidad de las lesbianas de organizarse como mujeres, la relación entre homosexuales hombres, y lesbianas se fortalecerá y unidos podremos trabajar por la transformación real de nuestras sociedades” [14].
Para 1988, Rebeca Sevilla asumió la dirección del MHOL, sobre todo porque lideró la campaña de prevención del VIH y demostró sus virtudes en el manejo general de la organización. Si bien el machismo no fue erradicado por completo, los siguientes números de Conducta (Im)propia reflejan un mayor balance entre las actividades que las mujeres que iban integrando el MHOL estaban desarrollando para ellas mismas, como una historia general del lesbianismo [15] o una entrevista a la importante militante feminista Virginia Vargas, quien consideraba como muy valiosos los aportes de gays y lesbianas para la causa de las mujeres [16].
Conducta (Im)propia también sirvió como un medio contestatario frente a la prensa explícitamente homofóbica. Los años 80 en el Perú, dentro de sus imaginarios colectivos, significaron la naturalización del racismo y de la homofobia, los cuales se expresaban con total libertad en medios escritos y audiovisuales. Una peculiaridad de la caracterización de la homosexualidad era el nivel de burla que los varones gays representaban. Al estar el MHOL conformado por estudiantes y profesionales, que en su mayoría aspiraban a ser intelectuales y académicos, la imagen que la prensa retrataba de ellos no era beneficiosa en absoluto. Una de las principales preocupaciones de los miembros del MHOL era que se los comparasen con delincuentes y prostitutos. Debido a una cuestión de clase, la separación entre gays “educados” y “marginales” era primordial. Así lo expresan al quejarse de las distintas publicaciones tendenciosas del diario Extra:
Un gay en problemas es siempre primera plana. Por supuesto, no hacemos propaganda de la prostitución, y claro que existen homosexuales delincuentes; pero hay muchos más heterosexuales delincuentes, y a nadie se le ocurre decir: “heterosexual cometió tal o cual delito”, ni sacarle en cara los detalles más íntimos de su vida sexual. Y si es un crimen pasional y aparecen esos detalles, no los caricaturizan, porque ésta es otra cara de la discriminación: la caricatura, la burla, la acentuación de las características diferentes de esa minoría, hasta hacerla parecer ridícula [17].
La mayor parte de la prensa también cumplía el rol informativo sobre las redadas policiales que acontecían en lugares de ambiente. La excusa de las batidas policiales se amparaba bajo el Estado de emergencia que vivía el Perú debido al azote terrorista, pero la típica excusa de la moral y las buenas costumbres también entraba en juego. Las redadas que realizaba la policía eran una constante y, sin sorpresa, los más afectados eran varones homosexuales que eran más afeminados, más maricones. Conducta (Im)propia también señaló el rechazo que estas intervenciones generaban: “Aunque no estuviésemos en Estado de Emergencia, nada autoriza a los miembros de la policía a intervenir varias veces en una semana un bar gay ni detener a una persona porque no le guste cómo se viste o se trasviste. Esto es discriminación, prepotencia y configura el abuso de autoridad. Lamentablemente, esto se produce a diario y no sólo contra nosotros sino contra toda la ciudadanía” [18]. La excusa de la moral y las buenas costumbres no desapareció hasta entrados los años 90, por lo que las discotecas y bares de ambiente vivieron al acecho de la arbitrariedad policial.
Finalmente, es importante resaltar que Conducta (Im)propia cumplió un rol de crítica cultural, sobre todo en lo referente al teatro. Los miembros originales del MHOL no podrían considerarse a ellos mismos como artistas, pero sí sus compañeros del Teatro del Sol, organización fundada en 1978 y cuyos principales representantes fueron dos hombres gays: Luis Felipe Ormeño y Alberto Montalva. Los miembros de ambos grupos tenían la idea de transformación social con respecto a la homosexualidad, y un medio eficaz para lograr ello era la puesta en escena de los problemas sociales que acontecían en las personas queer. Para 1984, la obra El beso de la mujer araña de Manuel Puig representó un hito en la historia de la homosexualidad en el Perú, ya que la asistencia de público gay a esta performance superó las expectativas de los organizadores.
La crítica teatral, en este sentido, también fue un componente importante dentro de las ideas de Conducta (Im)propia. A modo de ejemplo, Reneé Fonseca realizó una reseña de la obra de teatro La Chunga, escrita por Mario Vargas Llosa en 1986. La obra trata sobre los recuerdos que hombres tienen entre un supuesto encuentro amoroso entre dos mujeres. Vargas Llosa, al no señalar explícitamente qué aconteció entre estas dos mujeres, propone un modelo de “soledad en el sexo y en el amor para poder subsistir sin opresiones. ¿Estarían de acuerdo con esta tesis las lesbianas y feministas peruanas?” [19]. También se señala que el futuro Nobel peruano usaba a las minorías sexuales para acentuar aún más el rasgo de homosexualidad, como aconteció en sus más célebres obras, entre las cuales están La casaverde, Conversación en La Catedral y Los cachorros [20]. El desarrollo de la crítica teatral se vio beneficiado por la propuesta radical que representaba la alianza entre el Teatro del Sol y el MHOL. Al poner en escena temas difíciles para los homosexuales, como la cuestión de la identidad, la aceptación o, incluso, la muerte, se pudo desarrollar un equipo que cuestionaba los idearios de burla hacia las personas queer, y reemplazarlo por uno de observación más profunda de las identidades disidentes limeñas.
Conducta (Im)propia, así, significó una publicación que presentó los idearios claves del Movimiento Homosexual de Lima. A pesar de su corta existencia, nos otorga una idea general de lo que este grupo intentaba realizar en favor de la población homosexual. Las noticias e interpretaciones que fueron publicadas con respecto al VIH hacen notar la capacidad que tuvo la organización para enfrentarse al virus, sobre todo por la inutilidad del Estado peruano en cuanto a temas de salud en poblaciones vulnerables. Además, Conducta (Im)propia nos hace reflexionar sobre las maneras en las que hombres gays y mujeres lesbianas se interrelacionaron, cuáles fueron sus principales conflictos y de qué formas buscaron superarlos. La revista también hacía hincapié en la discriminación sistemática, la cual la policía, mediante el uso de redadas indiscriminadas, usaba para las intervenciones más que arbitrarias a lugares de ambiente. Finalmente, Conducta (Im)propia planteó las dinámicas teatrales que tanto el MHOL como el Teatro del Sol desarrollaron para una mejor conexión con el público gay limeño.
Notas al pie
[1] Entrevista a Oscar Ugarteche, 22 de junio de 2020.
[2] Movimiento Homosexual de Lima, Conducta (Im)propia, mayo de 1986, 2. [3] Movimiento Homosexual de Lima, Conducta (Im)propia, mayo de 1986, 2. [4] La homofobia institucionalizada por parte de la iglesia católica peruana estuvo influenciada por la inacción completa del republicano Ronald Reagan para el caso estadounidense, así como también la posición totalmente discriminatoria de Juan Pablo II.
[5] Entrevista a Oscar Ugarteche, 22 de junio de 2020. [6] Hay que notar, sin embargo, que la convocatoria fue reducida, en el sentido de que buscaban mayor afinidad con personas queer que les gustase cierto tipo de teatro (muy aparte de un teatro considerado “marginal” para la época).
[7] Movimiento Homosexual de Lima, "El amor en los tiempos del SIDA". Conducta (Im)propia, mayo de 1986, 4. [8] Se denominan lugares de ambiente a aquellos en los que predomina una atmósfera gay. En especial, lo pueden constituir discotecas y bares, pero también cafeterías e, incluso, lugares abiertos como parques. [9] Movimiento Homosexual de Lima, "Más vale prevenir...". Conducta (Im)propia, mayo de 1986, 6.
[10] Entrevista a Manuel Forno, 13 de julio de 2020. [11] No es intención del presente artículo realizar un análisis específico del GALF. Sin embargo, es importante notar que la gran trascendencia política que tuvo el feminismo limeño en los años 70 no estuvo exento de prejuicios en contra de las mujeres lesbianas (mayormente porque se pensaban que no cumplían con un rol tradicional familiar y que no podían llegar a ser madres). La crítica también venía de la práctica patriarcal del movimiento homosexual, como apunta Lucero Cuba (2012, p. 37). En julio de 1983, se realizó en Lima el II Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. En este, un improvisado taller sobre lesbianismo y patriarcado pudo realizarse a pesar del gran temor que generaba este tema aún considerado tabú entre las feministas. El taller fue todo un éxito y constituyó el impulso para que un grupo pequeño de mujeres lesbianas se animase a conformar el GALF en abril de 1984.
[12] Grupo de Autoconciencia de Lesbianas Feministas, "Conferencia Internacional de Lesbianas". Conducta (Im)propia, mayo de 1986, 8. [13] Se puede referir tanto a un conjunto de militantes varones homosexuales o, indirectamente, al MHOL. [14] Grupo de Autoconciencia de Lesbianas Feministas, "Conferencia Internacional de Lesbianas". Conducta (Im)propia, mayo de 1986, 8. [15] Movimiento Homosexual de Lima, "Lesbianas a través del tiempo". Conducta (Im)propia, enero de 1987, 5-6. [16] Movimiento Homosexual de Lima, "Entrevista a Gina Vargas". Conducta (Im)propia, enero de 1987, 12-13.
[17] Movimiento Homosexual de Lima, "¡Que amarilla era mi prensa!". Conducta (Im)propia, enero de 1987, 4. 18. [18] Movimiento Homosexual de Lima, "¡No a la intimidación policial!". Conducta (Im)propia, enero de 1987, 7.
[19] Reneé Fonseca, "La Chunga y el Escribidor". Conducta (Im)propia, mayo de 1986, 11. [20] Ibidem.
Bibliografía
Entrevistas:
Forno, Manuel (julio de 2020) en discusión con el autor.
Ugarteche, Oscar (junio de 2020) en discusión con el autor.
Fuentes escritas:
Cuba, Lucero. “Lesbianas en Lima”. Entre orgullos y resistencias: una aproximación al movimiento LGBT en el Perú. Lima: Programa Democracia y Transformación Global, 2012, pp. 32-43.
Marreros, Joaquín. HomoGénesis. Una historia del Movimiento Homosexual de Lima en los años 80. Lima: Gafas Moradas, 2022.
Movimiento Homosexual de Lima. Conducta (Im)propia, número 1, mayo de 1986.
Movimiento Homosexual de Lima. Conducta (Im)propia, números 2 y 3, enero de 1987.
Agradecimientos
Moléculas Malucas desea agradecer a Javier Fernández Galeano y, una vez más, la atenta colaboración del Programa de Memorias Políticas Feministas y Sexo-genéricas del CeDInCI, en particular a Eugenia Sik y a Camila del Portal.
Cómo citar este trabajo
Marreros, Joaquín. La Conducta (Im)propia del Movimiento Homosexual de Lima
Moléculas Malucas, octubre de 2022
AVISO SOBRE REPRODUCCIÓN
Los trabajos publicados en Moléculas Malucas, así como las imágenes que los acompañan, solo pueden reproducirse con nuestra previa autorización y la de sus autor*s, personas entrevistadas, titulares de derechos de autor, traductor*s o archivos que custodian los materiales reproducidos junto a los artículos. En caso de precisar mayor información pueden escribir a archivomoleculasmalucas@gmail.com