El surgimiento de la ComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianas
En este artĆculo se reconstruye una breve pero significativa experiencia militante que naciĆ³ en Buenos Aires en los Ćŗltimos meses de la dictadura cĆvico militar y los primeros meses del gobierno democrĆ”tico. En agosto de 1983 surgiĆ³ el Movimiento Guey para la LiberaciĆ³n (MGL), que poco mĆ”s tarde pasĆ³ a llamarse Coordinadora de Grupos Gays. En simultĆ”neo con el surgimiento de la Coordinadora se constituyĆ³ una agrupaciĆ³n paralela: la ComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianas. Esta ComisiĆ³n lanzĆ³ una campaƱa de firmas con la finalidad de exigir al gobierno democrĆ”tico, a punto de asumir, el fin los edictos policiales y la Ley de AveriguaciĆ³n de Antecedentes. Pese a que RaĆŗl AlfonsĆn anunciĆ³ garantĆas institucionales a los derechos humanos, el aparato represivo contra travestis, lesbianas y homosexuales se mantuvo vigente, e, incluso, se incrementĆ³. En este trabajo emergen del olvido nombres que fueron clave en la lucha por la liberaciĆ³n de las minorĆas sexuales. AdemĆ”s, se incluyen documentos histĆ³ricos elaborados por la ComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianas que hasta hoy permanecĆan inĆ©ditos.
Por Mabel Bellucci y Juan Queiroz
A la memoria de Gladys Croxatto y Juan Russell
Hacia mediados de 1982, luego de seis aƱos de transcurrido el golpe de estado cĆvico militar, minĆŗsculos grupos de militancia homosexual comenzaron a reunirse clandestinamente y de forma independiente en distintos barrios de Buenos Aires y zonas del Gran Buenos Aires. En paralelo a estos encuentros, se producĆa una ola de asesinatos a homosexuales. El 19 de agosto de 1983, el psicĆ³logo Marino Suarez, en cuya casa se formĆ³ el Grupo Eros del Frente de LiberaciĆ³n Homosexual (FLH), apareciĆ³ desnudo y apuƱalado en su departamento de la zona del BotĆ”nico, en el barrio de Palermo. SerĆa el nĆŗmero 15 de una lista de 18 crĆmenes, la mayorĆa de ellos nunca esclarecidos. Mientras tanto, la siniestra DivisiĆ³n Moralidad de la PolicĆa Federal continuaba en las calles con las detenciones a travestis, lesbianas y homosexuales. En este contexto de desenfreno represivo la abogada Gladys Croxatto[1] junto al periodista Juan Russell y a su amigo el escenĆ³grafo Jorge Ferrari, decidieron congregar hacia fines de agosto de 1983 a los pequeƱos grupos de militancia dispersos con el objetivo de constituir un espacio de organizaciĆ³n. Es asĆ como surgiĆ³ el Movimiento Guey para la LiberaciĆ³n (MGL), cuyo lugar de encuentros durante los fines de semana fue el departamento de Croxatto, ubicado en el piso 14 A de la avenida Paseo ColĆ³n 1019, del barrio de San Telmo [2].

En noviembre de 1983, luego de varias reuniones realizadas en elĀ departamento de Gladys Croxatto, miembros del Movimiento Guey para la LiberaciĆ³n (MGL) evaluaron llevar a cabo una campaƱa de firmas para exigir al gobierno democrĆ”tico a punto de asumir la derogaciĆ³n de los edictos policiales y la Ley de AveriguaciĆ³n de Antecedentes. Al igual que el Frente de LiberaciĆ³n Homosexual (FLH) en la dĆ©cada anterior, esta era la demanda central que movilizaba a la flamante agrupaciĆ³n. Sin embargo, mientras era discutida la iniciativa, surgieron una serie de obstĆ”culos. Si bien la coyuntura polĆtica parecĆa ser la indicada y el reclamo por el fin de la represiĆ³n estaba en plena efervescencia, en el momento en que comenzaron a evaluar alianzas estratĆ©gicas, el MGL considerĆ³ que tanto para el movimiento de Derechos Humanos como para las organizaciones populares y estudiantiles, en la Ć©poca concentrados en el reclamo por los crĆmenes de lesa humanidad, una convocatoria impulsada por las minorĆas sexuales podrĆa ser recibida como secundaria y estarĆa destinada al fracaso. De igual modo, planteaban que el pĆŗblico heterosexual en general, por mĆ”s progresista que se sintiera, difĆcilmente colocarĆa sus datos personales en una planilla de una agrupaciĆ³n homosexual. Incluso, se pensaba que una gran mayorĆa de gays y lesbianas tampoco firmarĆan la adhesiĆ³n por temor a la discriminaciĆ³n familiar o laboral, o para evitar ser fichad*s por la policĆa. Por su parte, Croxatto, activa impulsora del MGL, advertĆa que esta campaƱa de firmas corrĆa el riesgo de ser ācajoneadaā por las autoridades gubernamentales por considerarla ācosa de putosā. En consecuencia, para emprender la iniciativa y atraer a un pĆŗblico mĆ”s amplio, el MGL decidiĆ³ formar una agrupaciĆ³n antirrepresiva paralela con una denominaciĆ³n desligada de la militancia gay. āEs algo que se debatiĆ³ dentro del grupo, pero NĆ©stor [Perlongher], que participĆ³ del armado de la campaƱa, apoyĆ³ esa idea de entrada. Y su voz pesaba. HabĆa una urgencia y era derogar los edictos policiales para cortar las razias y las detenciones cotidianasā, rememoraba Gladys [3].Ā
De esta manera, luego de varias reuniones en el domicilio de Croxatto, el 7 de diciembre de 1983 se constituyĆ³ la āComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianasā [4] y el Movimiento Guey para la LiberaciĆ³n pasĆ³ a llamarse āCoordinadora de Grupos Gaysā (CGG) [5]. De inmediato, como primer paso en la intervenciĆ³n pĆŗblica, Gladys junto a sus compaƱeros de militancia Jorge Ferrari y Remi Nigro, asistieron al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) para exponerle a Emilio Mignone (cofundador y primer presidente), las preocupaciones sobre las razias, los asesinatos no esclarecidos a homosexuales y la discriminaciĆ³n laboral [6]. Si bien la reuniĆ³n no resultĆ³ fructĆfera debido a que no aportaron documentaciĆ³n que pudiera acreditar las denuncias, en una segunda visita al Centro fueron recibid*s por el diputado de la NaciĆ³n Augusto Conte Augusto Conte Mac Donell y la abogada Nilda GarrĆ©, y entregaron pruebas junto al informe āAsesinan a personas homosexualesā, en el que Marcelo BenĆtez detallaba los dieciocho crĆmenes perpetrados contra gays en Buenos Aires en los Ćŗltimos dos aƱos. La comunicaciĆ³n con Conte continuĆ³ de manera fluida en los siguientes meses y su apoyo a la ComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianas fue el mĆ”s importante que recibieron por parte de las autoridades del nuevo gobierno democrĆ”tico.Ā

Para dar comienzo a la campaƱa, se redactĆ³ un documento de una pĆ”gina con los propĆ³sitos de la agrupaciĆ³n y lo adjuntaron a los cientos de planillas de firmas que fotocopiaron para llevar a los actos convocados por organismos de Derechos Humanos. L*s concurrentes a las reuniones de la ComisiĆ³n fueron en su mayorĆa miembros de la CGG y un pequeƱo grupo de anarquistas heterosexuales que frecuentaban la biblioteca JosĆ© Ingenieros. TambiĆ©n participĆ³ desde el comienzo el periodista Enrique Symns, por entonces director del suplemento "Cerdos y Peces" de la revista El PorteƱo, quien brindĆ³ su apoyo incondicional y ofreciĆ³ de manera gratuita la publicaciĆ³n de solicitadas en su medio para atraer mĆ”s adhesiones. Del mismo modo lo hicieron la revista feminista Alfonsina, dirigida por MarĆa Moreno, y el semanario Nueva Presencia, dirigido por Herman Schiller.
La recolecciĆ³n de firmas tuvo su inicio el 8 de diciembre de 1983 en el Obelisco durante el segundo Siluetazo, una acciĆ³n artĆstica y polĆtica a cargo del Frente por los Derechos Humanos -ligado a las Madres de Plaza de Mayo- que en la Ć©poca le proporcionĆ³ gran visibilidad a la exigencia del reclamo por las personas desaparecidas durante la Ćŗltima dictadura. Dos dĆas despuĆ©s, RaĆŗl AlfonsĆn asumĆa la Presidencia de la NaciĆ³n acompaƱado por una multitud eufĆ³rica que lo acompaĆ±Ć³ desde el Congreso de la NaciĆ³n hasta la Plaza de Mayo. AsĆ recordaba estos dĆas NĆ©stor Perlongher en una carta enviada desde San Pablo a su amigo Osvaldo Baigorria:
Ā
[ā¦] Acabo de regresar de la Argentina, tras dos estirados meses, que empezaron (7/12), participando de la reuniĆ³n de formaciĆ³n del grupo: ComisiĆ³n Pro Defensa de las libertades cotidianas (que clama la derogaciĆ³n de los edictos policiales y de la averiguaciĆ³n de antecedentes), el 8/12 me quedĆ© afĆ³nico gritando en una estirada marcha de las Madres de Plaza de Mayo, rumbeĆ© primero tras temblequeantes feministas y luego copĆ³me (no cogiĆ³me) el ondular, el tremoleo de las enseƱas anarquistas como en Odessa, 1919: decĆan las mismas cosas abstractas: Ā”donde hay Estado hay represiĆ³n! El 10/12 me pleguĆ© al alfonsinismo con el disimulo de una columna gay, cuyo celoso recato rompĆ zarabandeĆ”ndome a la brasilera entre los tamboriles de los muchachos radicales, donde el reciĆ©n electo dijo desde el cabildo una pavada escolar. Es como una directora de colegio tĆ©cnico. DespuĆ©s, la euforia se fue enfriando: a fin de enero un cana de trĆ”nsito me pidiĆ³ documentos en el mejor estilo procesista, pero no me llevĆ³. La prepotencia policial empero ha disminuido drĆ”sticamente, no asĆ el control [7].
TƔcticas y estrategias alternativas
La tarde del 14 de enero de 1984 se llevĆ³ a cabo en una librerĆa cĆ©ntrica el plenario de la Coordinadora de Grupos Gays, el primero de ese tipo realizado en el paĆs. Entusiasmad*s con haber superado ya las mil firmas,Ā l*s miembros de la ComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianas leyeron allĆ en voz alta un documento de la campaƱaĀ redactado dĆas antes por Croxatto y Perlongher. El escrito comenzaba con la frase āLa libertad se hace en la calle: Por la derogaciĆ³n de los Edictos Policiales y el fin de la detenciĆ³n por āAveriguaciĆ³n de Antecedentesā!ā. Al finalizar la lectura, Gladys invitĆ³ al nutrido pĆŗblico a firmar las planillas. En su memoria: āLa concurrencia ese dĆa fue tan grande que hasta hubo gente que no pudo entrar a la librerĆa. La vereda estaba repleta de gays y la mayorĆa puso la firma sin dudarlo. Es que ya habĆa pasado un mes de democracia Ā y el tema de la persecuciĆ³n de la cana de Moralidad y el fin de los edictos no estaba ni siquiera de lejos en la agenda polĆticaā [8].


Tal como dictaba el rito de iniciaciĆ³n de aquella coyuntura, ese mes la ComisiĆ³n se presentĆ³ en un medio de prensa. Mediante una solicitada en āCerdos y Pecesā, titulada āPor la DerogaciĆ³n de los Edictos Policiales y la AveriguaciĆ³n de Antecedentesā, convocaban āa los lectores a participar de esta ComisiĆ³n y, por ello, todo aquel que quiera colaborar juntando firmas o aportando ideas puede comunicarse con la redacciĆ³n del PorteƱo por carta, fax o personalmenteā. Y cerraban diciendo: "los abajo firmantes solicitamos a la opiniĆ³n pĆŗblica, los organismos de derechos humanos, los partidos polĆticos, las agrupaciones obreras y estudiantiles y a todas las organizaciones populares que se adhieran y se sumen a esta campaƱa en pro de la desapariciĆ³n de estas figuras legales que reprimen la libre expresiĆ³n vital de las personas, con el fin de solicitar a los representantes legitimamente electos su inmediata derogaciĆ³n. Enrique Symns ā Jorge Gumier Maier ā Gladys Croxatto y 1.153 firmas mĆ”sā [9].
Con pequeƱos cambios en la redacciĆ³n original, la solicitada continuĆ³ apareciendo en distintas publicaciones alternativas. En Alfonsina del 6 de febrero de 1984 firmaban otra vez Enrique Symns y Gladys Croxatto, pero ahora junto a NĆ©stor Perlongher āy mĆ”s 3.000 firmasā. Si bien por las razones estratĆ©gicas ya expuestas el documento no aludĆa de manera directa al movimiento gay, dejaba saber de todas formas su principal preocupaciĆ³n: āTodos los sistemas autoritarios se caracterizan por mantener un obsesivo e implacable control sobre las costumbres de las comunidades. Este control se evidencia a travĆ©s de una serie de disposiciones legales que reglamentan la conducta de los individuos, atentando contra la libertad de amar, vestirse, divertirse, beber, jugar y desplazarse libremente. En nuestro paĆs esa legislaciĆ³n se manifiesta a travĆ©s de los llamados EDICTOS POLICIALES, no previstos en la ConstituciĆ³n Nacional, que castigan con diversas penas (incluso la cĆ”rcel) a los āinfractoresā, siendo el comisario de cada seccional el juez efectivo con poder enviar a prisiĆ³n por 30 dĆas a cualquier ciudadanoā. En sus pĆ”rrafos finales, l*s firmantes exigĆan: āTales disposiciones deben ser suprimidas de inmediato, sin que ningĆŗn otro dispositivo legal de ninguna naturaleza venga a sustituirlas. Una democracia verdadera no puede co-existir con mecanismos represivos de este tenor. Las autoridades deben por lo tanto derogarlas sin mĆ”s trĆ”miteā. Al mes siguiente el Grupo Federativo Gay (GFG), fundado por Zelmar Acevedo, Elena Napolitano y Marcelo BenĆtez, anunciaba la formaciĆ³n de la ComisiĆ³n en su Ć³rgano oficial Postdata y denunciaba la continuidad de las razias.

Hacia finales de febrero de 1984 la CGG se disolviĆ³ debido a tensiones y desacuerdos entre los grupos. Pese a la desilusiĆ³n que sintiĆ³ al ver su proyecto frustrado, Gladys Croxatto junto a algunos miembros de la ComisiĆ³n no se detuvieron y continuaron con la campaƱa de firmas en concentraciones polĆticas multitudinarias, entre ellas, la movilizaciĆ³n del 8 de marzo de 1984 por el DĆa Internacional de la Mujer y, semanas mĆ”s tarde, en la marcha por los ocho aƱos del golpe de estado. Con estos modos de presencia en hitos histĆ³ricos, la ComisiĆ³n obtuvo un abultado apoyo de gente anĆ³nima que durante las desconcentraciones firmaba las planillas sin mayor inconveniente. TambiĆ©n recorrĆan centros de estudiantes universitarios y sindicatos mientras convocaban a personalidades del ambiente artĆstico. ParadĆ³jicamente, debido al incremento de las detenciones callejeras y a los patrullajes de la DivisiĆ³n Moralidad en autos de civil, el intento por conseguir firmas en boliches y en centros de encuentro para gays y lesbianas fue prĆ”cticamente nulo a partir del mes de marzo. Gladys recordaba la noche de un sĆ”bado cuando ella y un grupo de miembros de la ComisiĆ³n se presentaron con planillas en la icĆ³nica esquina gay de las avenidas Santa Fe y PueyrredĆ³n, frente al bar El Olmo, y como respuesta solo recibieron negativas, silencio y miradas desconfiadas.
En abril de 1984, Cerdos & Peces abandonĆ³ el formato de suplemento y se presentĆ³ por primera vez como revista. La publicaciĆ³n, que como se dijo brindĆ³ desde el inicio su apoyo a la campaƱa, volviĆ³ a publicar la solicitada que ahora incluĆa firmas de gays visibles, feministas, anarquistas, referentes de la asociaciĆ³n Madres de Plaza de Mayo, sindicalistas de las izquierdas, escritor*s, actrices y actores. Entre ell*s podĆan leerse los nombres de Miguel Ćngel SolĆ”, Gabriel Levinas, Juan JosĆ© Sebreli, David ViƱas, Antonio Dal Masetto, Ludovica Squirru, Eduardo Pavlovsky, Laura Conte Mac Donell, Christian Rath, Gregorio Flores, Paco Jamandreu, MarĆa Elena Oddone, Perla Waserman, Diego May ZubirĆa, Vicente Zito Lima, O. Valdovinos, Ernesto Goldar, Juan Carlos Venturini, Alba Castillo, Pedro Conde, SASID (Servicio de AcciĆ³n Solidaria Integral al Detenido), Centro de Estudiantes de Bellas Artes Prilidiano PueyrredĆ³n, Hebe de Bonafini y ā7.325 firmas mĆ”sā [10]. Dicho comunicado encerraba una verdadera amalgama de nombres, algunos muy conocidos y otros no tanto. Por lo visto, no habĆa intenciones de armar un muestreo reducido exclusivamente a figuras eximias como se harĆ” mĆ”s adelante con las solicitadas de los organismos de DDHH o agrupaciones feministas.
Fue un momento en que los movimientos se debatĆan en un delicado equilibrio entre el reclamo de sus demandas y un estado de sospecha presente. De hecho, en la bĆŗsqueda de las mayorĆas por una apertura democrĆ”tica, las minorĆas percibĆan su exclusiĆ³n, aunque guardaban esperanzas de ser interpeladas por un gobierno que se abrĆa al conjunto en torno a la universalidad de derechos [11].

Fueron solo siete meses de existencia, pero en su incansable labor, la ComisiĆ³n militĆ³ de manera intensa para poner fin a la persecuciĆ³n de homosexuales, lesbianas, travestis y prostitutas. Lamentablemente los sucesos histĆ³ricos demostraron que no logrĆ³ alcanzar su objetivo central: el de imponer como prioridad el derecho inalienable a la libertad sobre el propio cuerpo, obstaculizado por los abusos estatales. Hubo una cierta ingenuidad en considerar que durante la etapa de reorganizaciĆ³n democrĆ”tica se recuperarĆan todas las libertades. Por el contrario, durante el gobierno de RaĆŗl AlfonsĆn, no solo continuĆ³ la represiĆ³n contra las minorĆas sexuales sino que se incrementaron las razias y las detenciones arbitrarias por parte de la DivisiĆ³n Moralidad.
En perspectiva, la ComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianas se inserta dentro de una cartografĆa genealĆ³gica que recupera las luchas del Frente de LiberaciĆ³n Homosexual contra la represiĆ³n a las prĆ”cticas sexuales por fuera de la norma. Una de las enseƱanzas reveladoras de Michel Foucault fue demostrar que los regĆmenes polĆticos necesitan disciplinar. Para que la disciplina se haga carne, lo mĆ”s efectivo es empezar por el cuerpo.
Referencias
[1] La abogada Gladys Croxatto, fallecida en febrero de 2020, desde 1967 y por siete aƱos habĆa sido secretaria del legendario pensador Arturo Jauretche. Ella arrastraba su experiencia militante en el peronismo de izquierda universitario junto a Rodolfo Ortega PeƱa y Luis Duhalde. En paralelo, Croxatto se movĆa dentro del cĆrculo de varones homosexuales porteƱos. De ahĆ su obsesiĆ³n en lograr la derogaciĆ³n de los edictos policiales que constantemente detenĆan a sus amigos y conocidos.
[2] Remarcar esta direcciĆ³n no es un dato menor. Ese departamento fue la primera usina de estrategias militantes de grupos minĆŗsculos gay porteƱos durante de la postdictadura.
[3] Entrevista inĆ©dita a Gladys Croxatto por Juan Queiroz, marzo de 2018. Todas las citas de Croxatto incluidas en este artĆculo surgen de esta entrevista.
[4] El nombre fue sugerido por NĆ©stor Perlongher en memoria de Libertades Cotidianas, un pequeƱo grupo de reflexiĆ³n y estudio que se reunĆa hacia 1982 en el departamento de Sara Torres, en San Telmo. Ese mismo aƱo Perlongher junto a Jorge Beloqui fundaron en San Pablo, Brasil, el grupo MolĆ©culas Malucas, cuyo primer nombre fue "Pelas Liberdades Cotidianas" [Por las Libertades Cotidianas].
[5] El MGL congregaba a grupos tales como el 10 de Septiembre (luego divido en Grupo de AcciĆ³n Gay y Grupo Federativo Gay), San Telmo, Jean Jaures (luego Oscar Wilde) y Venezuela, entre otros..
[6] Mignone co-fundĆ³ el CELS junto al abogado y polĆtico Augusto Conte Mac Donell, en 1983 electo diputado nacional por la corriente Humanismo y LiberaciĆ³n, del partido de la Democracia Cristiana (DC).
[7] Perlongher, NĆ©stor, (2006) Un barroco de trinchera: cartas a Baigorria, 1978-1986, Buenos Aires: Mansalva.
[8] Datos extraĆdos de la entrevista inĆ©dita a Gladys Croxatto por Juan Queiroz.
[9] Suplemento āCerdos y Pecesā nĆŗmero 6, de la revista El PorteƱo, nĆŗmero 25, enero de 1984.
[10] En junio de 1984 el texto de la ComisiĆ³n fue publicado nuevamente en "Cerdos y Peces", esta vez con 8.560 firmas, encabezadas por la del rabino Marshall Meyer.
[11] Bellucci, Mabel (2020), Orgullo. Carlos JĆ”uregui, una biografĆa polĆtica, Buenos Aires: Final Abierto, p.44.
Agradecimientos
Jorge Ferrari, Guido Croxatto, Emiliano Alvarez, Alberto Retamar, Marcelo Ernesto Ferreyra y Marcelo Feldman.
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CĆ³mo citar este trabajo:
Belluci, Mabel y Queiroz, Juan; "Con la democracia se come, se cura, se educa y tambiĆ©n se reprime. El surgimiento de la ComisiĆ³n Pro-Defensa de las Libertades Cotidianas".
MolƩculas Malucas, enero de 2021.